"Estrés después de los 45: El enemigo silencioso que impacta tu cuerpo y mente"
- Liliana Marion
- 6 feb
- 3 Min. de lectura
La mediana edad es una etapa de cambios y desafíos que pueden generar incertidumbre sobre el futuro. Este proceso, sumado a las dificultades cotidianas, puede aumentar el estrés, afectando nuestro bienestar físico y emocional. Sin embargo, con las herramientas adecuadas, podemos convertir esta etapa en una oportunidad para el crecimiento y el autocuidado.

¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante los desafíos de la vida. Toda situación nueva puede generar ansiedad o incomodidad hasta que logramos adaptarnos. En este sentido, el estrés se clasifica en dos categorías:
El estrés bueno llamado “eustrés” o "estrés positivo", que nos impulsa a tomar acción y enfrentar nuevos desafíos.
El estrés que daña nuestro cuerpo, conocido como “distrés” o "estrés negativo", en este caso las sensaciones físicas son diferentes, según su intensidad puede provocar ansiedad, agotamiento, desesperación, insomnio, aumento de peso, o dificultad para ganar peso, etc. Este último resulta ser la verdadera epidemia de nuestra modernidad.
En los dos modos se activan los mismos mecanismos fisiológicos, solo que en el estrés positivo los usamos de manera adecuada; en tanto que en el estrés negativo hacemos mal uso de estos recursos, agotando nuestro cuerpo, mente y espíritu.
Pensar una vida sin estrés, es imposible, ya que nos enfrentamos constantemente a situaciones conflictivas. La manera en que respondemos es la clave y depende de dos factores principales:
El primero es el estresor, que es la situación en sí misma.
El segundo está relacionado en cómo percibo la situación y la capacidad que tenemos de gestionarla.
El modo en que enfrentamos los desafíos depende de nuestros recursos psicológicos, emocionales y físicos: Si sostienes una actitud positiva y resolutiva, generarás un nivel de estrés manejable que facilitará su resolución. Por el contrario, si los enfrentas de forma negativa y conflictiva, es probable que experimentes un estrés elevado y percibas la situación como catastrófica.
Como reacciona nuestro cuerpo al estrés crónico.
Cuando estamos sometidas a estados prolongados de estrés, el cuerpo se ve afectado, muchos sistemas están en funcionamiento para tratar de contrarrestar esa situación que se vivencia peligrosa.
Nuestro organismo va a responde liberando Cortisol como respuesta al estrés, y sus efectos en el cuerpo incluyen: Aumento de la glucosa en sangre, supresión del sistema inmunitario, alteración del sistema digestivo, aumento de la presión arterial, alteración del sueño,aumento de la grasa abdominal. Estos efectos pueden ser perjudiciales si los niveles de cortisol se mantienen elevados durante períodos prolongados.
También responde al estrés liberando Adrenalina: esta aumenta la frecuencia cardíaca y cambia el flujo sanguíneo, el metabolismo celular se acelera para aumentar la producción de energía y la presión arterial sube para llevar esa energía donde haga falta. Otros vasos sanguíneos se contraen y aumentan más la presión arterial, al tiempo que mantienen el flujo de sangre y oxígeno hacia los órganos vitales. Esto se vuelve cada vez más peligroso a medida que envejecemos y que empiezan a volverse más comunes los problemas de salud, como la presión arterial alta.
Con la edad perdemos resiliencia física y al cuerpo le lleva más tiempo regresar a su nivel normal. Una vez que el corazón empieza a bombear, el cuerpo tarda más en relajarse y recuperarse.
El superpoder contra el estrés después de los 45
Mientras que la edad deteriora nuestras defensas naturales contra el estrés, también nos brinda nuevas armas poderosas para contratacar. A lo largo de la vida hemos ido adquiriendo muchas habilidades psicológicas, emocionales y cognitivas que nos permiten estar más preparadas para las diferentes situaciones de la vida, estas provienen de las experiencias vitales, del autoconocimiento y de los cambios de perspectiva que nos brinda el paso del tiempo.
Hoy cuentas con:
Un arsenal de técnicas de afrontamiento proactivas, que te ayudan en esas situaciones de estrés.
Aprendiste a apartarte de esos problemas de poca importancia, ya que no vale la pena enojarse por pequeñeces.
Focalizas la energía en aquellas relaciones que valen la pena.
Resuelves los conflictos con una mirada más sabia, producto de las experiencias ya vividas.
Puedes complementar esto con técnicas de meditación o relajación. Además, el ejercicio físico es una de las mejores formas de reducir el cortisol y combatir el estrés. Esa sensación de bienestar después de moverte es una de las experiencias más sanadoras para tu cuerpo y mente.
Transforma el Estrés en Tu Aliado
Tu cuerpo y mente han evolucionado a lo largo de los años, y ahora puedes elegir cómo responder ante los desafíos. La clave no está en evitar el estrés, sino en aprender a manejarlo a tu favor. Eres más fuerte, más sabia y más capaz de lo que crees.
¡Haz del bienestar tu prioridad y vive esta etapa con plenitud y equilibrio!
Liliana Marion
Psicóloga Argentina.
Midlife Coach
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